Le escribí cuando la luna
llamó a mi puerta
Le dije que no pasará,
Demasiado silencio para un
ser tan bonito.
Hay palabras que duelen, hechos que marcan y miradas que nunca
olvidas.Hay momentos en los que quieres darte por vencida, gritar a los
cuatro vientos tu derrota a la vez que te hundes en el fango.
Hay lo siento que consiguen el efecto contrario y se clavan en tus
pulmones hasta notar como piden auxilio.
¿Acaso no sabemos que lo
siento no sirven para nada? El daño ya está hecho y las heridas han empezado a
sangrar, ocho palabras no sirven como tirita ni betadine.
Hay poesía que se convierte en mentira y musas que abandonan a sus
poetas por este motivo. Hay caos que no quieren unirse con otros, solo quieren más
ruinas a su alrededor y lágrimas inocentes que caen por creer que es un chico
abandonado que necesita más abrazos de los que pide.
No entiendo como mi corazón
se convirtió en ceniza por culpa de uno de estos últimos. No llego a asimilar
como deje que mis manos solo quisieran acariciar su espalda y mi tinta tuviese
la necesidad de grabarse en sus costillas.
Hay despedidas que no se deben pronunciar porque nunca hubo una
bienvenida y aun así, decimos adiós a quien nunca pretendió quedarse, pero creo
más bien que el adiós se lo decimos a los sentimientos que se llevó tras su marcha.
Hay derrotados que se convierten en vencedores; y vencidos que en realidad son
los derrotados.
Hay labios rotos y rotos que viven de besos que nunca se dieron.
Se imaginan el momento que nunca llegará, hacen que el corazón de vuelcos todos
los días, incomodo en su caja torácica por saber que nunca podrá averiguar como
saben sus besos.
Esta noche decidí servirme
un café frío; igual de frío que tu corazón, igual de perturbador que tu mirada
que decía todo pero a la vez nada. A falta del calor de tu calor, me fui a
dormir con mis monstruos, al menos, ellos dañan y lo aceptan, no como tú.
Hay mariposas que se cortan las alas antes de salir; temen que
algún loco tome por ellas la iniciativa, de esta manera, intentan asimilar
antes la caída y que los sentimientos duelan menos.
Hay estaciones que son abandonadas antes de que el sol salga y por
eso en algunas la noche es permanente; nunca conocieron el día ni lo conocerán.
Hay musas que no quisieron serlo y poetas que buscan a esas musas tristes, que
lloran en el silencio y ríen sólo cuando el miedo les hace cosquillas.
Hay noches que comparto el insomnio con tu recuerdo; hubo noches
que el insomnio lo compartí contigo.
No me hizo caso,
quiso leerme aunque tuviese que vivir con mi tristeza.
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